La reducción de pecho es una intervención quirúrgica plástica estética para reducir el tamaño del pecho de la mujer. Los senos de la mujer son las partes más importantes de la belleza femenina. El exceso de volumen en la mama puede causar daños en la columna vertebral, dolores en la base del cuello y hombros, así como dificultades en la circulación linfática. Con la reducción de senos, la paciente consigue el tamaño y la forma deseada, ya que se elimina el exceso de grasa, glándula mamaria y piel del pecho, aliviando el peso y mejorando la estética del mismo.
Las mujeres que se someten a la mamoplastia de reducción de senos obtienen unos resultados muy buenos y una mejoría inmediata en los problemas posturales y dolores de cuello y espalda, lo que repercute positivamente en su estado de salud general. En cuanto a los beneficios estéticos, las pacientes que se han sometido a esta técnica quirúrgica se muestran muy satisfechas ya que proporciona un pecho con una forma armónica y natural acorde con sus expectativas. En Granada la Doctora Carmen Huertas puede realizar una cirugía estética de reducción mamaria para solucionar su problema.
La mamoplastia de reducción es una intervención quirúrgica plástica estética para reducir el tamaño del pecho de la mujer, mejorando el aspecto de la mama, aliviando trastornos funcionales secundarios y beneficiando a la paciente psicológicamente. Con esta técnica se elimina tejido graso, tejido mamario, piel y se eleva la posición de las mamas. También se puede reducir el tamaño de la areola si éste es excesivamente grande. Se trata de una intervención quirúrgica que da muy buenos resultados en mamas de tamaños moderados, medianos y macromastia. Su principal característica es la preservación fisiológica y funcional del pecho femenino.
Con la reducción de pecho obtenemos dos objetivos: Por un lado se sitúa la mama en su sitio y por otro se reduce el volumen de las mamas consiguiendo un aspecto más pequeño, esbelto y firme. Los motivos que lleven a una persona a realizarse una mamoplastia de reducción pueden ser tanto fisiológicos como psicológicos o emocionales.
Los motivos físicos por los que una mujer se somete a una mamoplastia mamaria de reducción, en general, son:
La mamoplastia de reducción de pecho es una operación muy demandada y no solo por motivos puramente estéticos. Como hemos comentado, el gran volumen de las mamas ocasiona a menudo dolores de espalda, dermatitis en los surcos mamarios y mucha incomodidad.
Es recomendable esperar a que el pecho se haya desarrollado completamente antes de que la paciente se someta a una cirugía de reducción de mamas. En pacientes con sistema inmune débil, alteraciones en la coagulación de la sangre o cicatrización de los tejidos, también está desaconsejada la intervención quirúrgica. Por último, nunca debe realizarse una reducción de mamas a mujeres que presenten alguna infección activa en su cuerpo.
La cirugía de mamoplastia de reducción mamaria está indicada en los siguientes casos:
Antes de realizar la operación, la cirujano plástico Doctora Carmen Huertas, analizará las variables que puedan afectar a la mamoplastia de reducción, tales como la edad, el tamaño y forma de las mamas, y las condiciones de la piel de la paciente. Se investigarán todos los datos relativos a la salud de la historia personal y familiar de la paciente, incluyendo enfermedades previas o en tratamiento, uso de medicamentos, tabaquismo, alergias a medicamentos, alimenticias o diversas, cirugías previas, historia familiar con cáncer de mama, condiciones de control de las mamas con el especialista, etc. La cirujano plástico Dra. Carmen Huertas tomará fotos de los pechos antes de la operación para documentar la condición preexistente y poder compararlas con los resultados postquirúrgicos. Se realizará una mamografía (radiografía del seno) para detectar anomalías o cáncer de mama, antes de la cirugía.
Las recomendaciones e indicaciones del preoperatorio son:
La mamoplastia de reducción de pecho se realiza en un quirófano bajo anestesia general controlada y la paciente estará monitorizada en todo momento. En el caso de que el volumen de la mama no sea excesivo, la intervención podría llevarse a cabo bajo anestesia local y sedación. La operación suele durar de 2 a 5 horas.
El cirujano realiza la incisión en la mama para extirpar y eliminar el exceso de grasa o tejido mamario y se coloca la areola y pezón en su posición anatómica más acorde con la forma de las mamas y del tórax.
Existen varias técnicas para la reducción de pecho, dependiendo del volumen y forma de implantación de la mama. Normalmente, la cicatriz resultante será alrededor de la areola, vertical y en el surco submamario. Si las necesidades de escisión de piel y glándula son menores puede ser suficiente con la cicatriz periareolar y vertical.
El procedimiento de reducción de mamas más común es el siguiente:
Algunas veces, la liposucción se combina con la mamoplastia de reducción para mejorar la forma de la mama y de las zonas de la axila.
La cicatrización suele ser buena, por regla general se utilizan suturas intradérmicas que van por dentro de la piel y dejan muy pocas marcas visibles.
Las cicatrices suelen permanecer rojizas los primeros seis meses, para comenzar a aclararse y a disimularse a partir de esta fecha. En cualquier caso no se debe tomar el sol en una cicatriz (sin un protector solar pantalla total) antes de los seis meses por riesgo de hiperpigmentación de la cicatriz.
El postoperatorio de una operación de mamoplastia de reducción de pecho no es muy doloroso. El ingreso debe ser de 24 a 48 horas en el hospital o clínica y se le suministrarán calmantes y antibióticos estando perfectamente monitorizada y vigilada por el personal médico.
La paciente sale del quirófano con un vendaje puesto sin drenajes que se debe mantener al menos durante siete días. En ese tiempo es conveniente que la zona operada no tenga contacto con el agua.
Al recibir el alta, si no ha habido ninguna complicación, la paciente se puede marchar a su casa y deberá volver a la semana posterior a la intervención para una revisión de las mamas.
Durante los diez primeros días, la paciente no podrá manipular el vendaje que le han colocado en el quirófano hasta que obtenga el visto bueno del cirujano. Transcurrida la primera semana, se le retirará el vendaje en el hospital o clínica y se le pondrá un sujetador tipo deportivo sin aros. Es a partir de entonces cuando la paciente se puede duchar tranquilamente sin miedo de mojar sus pechos.
La paciente debe adquirir un sujetador de tipo deportivo, sin aros, elástico, con cierre delante o detrás y con tirante ajustable. Este sujetador deberá llevarlo día y noche durante un mes y medio. Posteriormente podrá usar todo tipo de sujetadores sin aro ya sólo durante el día durante otro mes y medio. A los tres meses se podrán usar sujetadores con aro.
Hay que tener en cuenta que la actividad física en el postoperatorio debe ser limitada, incidiendo mucho en el cuidado de mover los brazos bruscamente o levantar peso.
A las dos semanas la paciente volverá al hospital o clínica para quitarle los puntos y revisar que todo ha ido bien. A partir de entonces, la vida y rutina diaria se pueden ir normalizando.
La vuelta a la actividad laboral dependerá del tipo de trabajo que la paciente tenga. Si el trabajo que desempeña es con actividad física, deberá tomar la precaución de no volver como mínimo en dos semanas. Si la actividad laboral es trabajo de oficina, la paciente puede incorporarse a la semana de la intervención de reducción de senos sin ningún problema.
Los precios de las intervenciones quirúrgicas del procedimiento de mamoplastia de reducción mamaria son en base a una media de los gastos, material quirúrgico, la hospitalización, sedación y el resto del material médico utilizado para dicho tratamiento.
La Doctora Carmen Huertas realiza la cirugía para reducción de pecho en Granada en el Hospital Vithas Nuestra Señora de la Salud. Si estás interesada en conocer el precio de reducción de senos, por favor, contáctanos para solicitar una cita.